Prevención
Llegaron ya los días calurosos y con ellos los fantasmas de "Golpe de Calor" e "Insolación", por lo que es importante tomar las medidas preventivas para evitar que nuestros niños caigan en sus garras.
Se llama insolación, golpe de calor, icto solar, ictus solis o infarto de calor a la enfermedad producida en la cabeza por el excesivo ardor del sol.
La insolación se caracteriza por nauseas, vómitos, cefalea, calor de la piel, sopor y alteración de las fibras musculares expuestas a sus efectos. En casos extremos pueden observarse convulsiones y otras afecciones graves. El tratamiento contra la insolación consiste en el transporte del enfermo a un lugar fresco, afusiones frías, fricciones estimulantes, bebidas frescas y ligeramente excitantes.
Hay que distinguir la insolación del eritema solar y del golpe de calor que son mucho menos graves.
La insolación puede tener efecto aún en la sombra bajo un terrado o en las aceras resguardadas del sol por el reflejo de los rayos solares. El golpe de calor, no tiene por qué darse exclusivamente en una situación de exposición a los rayos solares, se produce también por la combinación de altas temperaturas, con alta humedad y poca aireación; el organismo no es capaz de mantener la temperatura y sube por encima de límites importantes como los 40 – 41º C. En situaciones suele darse en coches o autobuses cerrados al sol o naves industriales con poca aireación. Cuando el cerebro humano se somete a temperaturas muy elevadas puede llegar a convulsionar y producirse daño cerebral.
¿Qué es un golpe de calor?
El calor suave resulta agradable, pero en exceso puede llegar a producir problemas. Un golpe de calor se origina cuando la temperatura corporal sube por encima de los 40º. El organismo humano funciona a unos 37º y es bastante sensible a las variaciones externas. Para ello, dispone de mecanismos que regulan su temperatura, como el sudor, y distribuyen el calor mediante la sangre y lo expulsan hacia el exterior. Cuando se sufre un golpe de calor todos estos mecanismos dejan de funcionar, sube la temperatura y se pierden abundantes líquidos corporales. Todo ello eleva las probabilidades de padecer daños neurológicos e, incluso, de morir.
Cómo prevenir un golpe de calor
Existen ciertas medidas que nos ayudarán a la hora de enfrentarnos al calor del verano y evitar así un golpe de calor:
- Beber muchos líquidos aunque no se sienta sed. Resulta recomendable tomar al menos 2 litros diarios. Sobre todo estar atentos con los ancianos y los niños pequeños.
- Evitar el contacto directo con los rayos solares por tiempo prolongado. Evitar actividades deportivas entre las 12 y 17 horas. Permanecer en lugares frescos, ventilados y a la sombra.
- Vestir con ropa ligera, clara y de algodón, que permita la transpiración. Las fibras acrílicas dificultan la transpiración y retienen más calor.
- Usar bloqueador solar para prevenir quemaduras en la piel. Usar gafas, gorras ó sombrillas.
- Aclimatarse gradualmente al calor, dejar que el cuerpo se acostumbre a los cambios de temperatura.
- Comer comida ligera y fresca, a ser posible alimentos vegetales naturales crudos (ensaladas, frutas y verduras).
- No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
- Descansar de vez en cuando si se realiza trabajo o ejercicio físico duro. Si se sienten síntomas de mareo, dejar de trabajar y descansar un rato a la sombra.
- Si permanecemos en casa, intentar mantener el interior fresco y bien ventilado.
Ahora que ya sabemos cómo identificar éstas calamidades de temporada de calor, empecemos a prevenir.
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